Mi ángel de la guarda

Hace 20 años Dios me dio el privilegio de conocer a uno de mis ángeles de la guarda, porque la Lic. Vivi, como le decía de cariño, lo fue y lo seguirá siendo para mí.

Desde aquel entonces estuvimos en contacto a través del teléfono, nuestros mensajes y llamadas casi diarias fueron suficientes para conocerla profundamente porque era una persona transparente y con una calidez humana inigualable.

La primera vez que la vi en persona, vi su mirada llena de ternura que reflejaba todo el amor que tenía para dar. Su semblante daba cuenta de que realmente era un ángel y sus acciones lo confirmaban; pues lograba ver siempre las virtudes de los demás y las reconocía, y ha sido la persona más caritativa que he conocido; su misión era ayudar a todos los que podía y siempre buscaba o creaba nuevas formas de hacer más por los demás.

Su amor iba desde una maravillosa sonrisa, un “cómo estás”, y miles de deseos genuinos de ver bien a los demás. En mi caso particular, siempre estaba al pendiente de mí, de mi salud, de mis emociones, de mi bienestar en general. Cuando tenía alguna necesidad o urgencia, siempre estuvo para mí incondicionalmente; me ayudaba con palabras de aliento y hasta económicamente para cubrir algunas necesidades mías y de mi mamá.

Ya la extraño tanto, ya extraño su voz dulce que me hacía sentir protegida y que me transmitía mucha paz.

La Lic. Vivi fue un ser extraordinario, fue mi ángel de la guarda para mí y para muchos otros y estoy segura que desde donde está nos seguirá cuidando y ayudando.

Siempre en mi corazón.

María de Jesús Fernández Calderón

Grupo Corintio