Minerva Leal
Por medio de estas líneas quiero aportar mi testimonio de la experiencia vivida con la Sra. Vivian.
Deseo de corazón que quien lea este escrito pueda percibir al gran ser humano con el que yo conviví; la nobleza con que me trató y toda la generosidad que recibí en cada ocasión que tuve la oportunidad de atenderla, así como lo que aprendí de ella.
Mi nombre es Minerva Leal. Hace algunos años trabajé en un salón de belleza y tuve la
oportunidad de que me presentaran para yo atender a una gran persona. Ella era Vivian.
Realmente cuando a uno lo dirigen hacia una cliente , lo mejor que uno quiere es hacer el
mejor trabajo posible. Pero con el paso del tiempo uno atiende a ese ser humano, y va
descubriendo que hay muchas cosas que aprender de la persona, y eso fue lo que me sucedió con Vivian.
Conocí su generosidad cuando compartimos el té verde juntas; y ella me platicaba todo
lo que había vivido antes de que yo la conociera. Platicabamos largo y tendido, y me compartía experiencias de cuando trabajaba en el negocio de telas, cuando vendía sus cuadros, cuando tomaba clases de pintura.
Era una gran mujer, y cuando platicaba; yo aprendía. Aprendía por sus palabras, la parte noble, pues nunca se expresaba mal de nadie. Siempre sus palabras eran “ese buen hombre, esa buena mujer” y luego nos reíamos.
Podría yo extenderme, pues así fueron muchos años, de enriquecedoras, y amenas
conversaciones que tuvimos.
Así llegamos a la pandemia del 2020, cuando ella un día me habló y me dijo que estaba
preocupada por mis hijos y por mí porque no había trabajo. Sus palabras fueron, “Mi querida Mine” (siempre se dirigía a mí de esa manera), “¿Cómo está usted de trabajo, cómo le está afectando el confinamiento? ¿Cómo está resolviendo su situación económica?”
Yo le dije que se había cerrado el negocio donde yo trabajaba, que fue donde la conocí. Y ella me invitó a atenderla en su casa, por la situación de la pandemia; con las medidas de
higiene necesarias.
Yo llegué a su casa y me recibió de una manera maravillosa, con la gentileza que le caracterizaba. Mientras yo la atendía, platicabamos, y yo me instruía mucho de ella. Podía ver en cada expresión de ella al ser humano . Conversábamos y yo siempre me quedaba
con un gran aprendizaje. Me comentaba de su mamá, de su “esposito lindo” (como ella lo llamaba) y de todas sus vivencias. No eran más que aprender, aprender y aprender.
Cuando se refería a mis hijos decía: “¿Cómo están sus queridos hijitos?” pues ella sabía que para mi eran importantes mis hijos. Un detalle más que hablaba de su nobleza pues ella siempre se preocupada por que los demás se estuvieran bien.
Un dìa me mandó un mensaje a las 4 de la mañana; que si la podía ir a arreglar. Nos reímos
tanto, por que me dijo “querida Mine: no me di cuenta de la hora” – y yo le dije- “no se preocupe mi querida Vivian; usted me puede llamar a la hora que quiera por que es un placer platicar con usted y atenderla .
Y así pasaron uno, dos, y tres años (2021, 2022, 2023). Durante esos años, creo que fue cuando sentí más cercanía con ella. Encontré respuestas acerca del ser humano con quien platicaba, y disfrutaba de atenderla. Mientras más pasaba el tiempo conviviendo con ella más me daba cuenta que el ser humano que veía era cada vez más real, y que lo que emanaba de sus palabras con su sencillez y nobleza se sumaba a la parte del gran sentimiento que había en ella.
¿Puede uno tener tal oportunidad en la vida de conocer a una persona tan especial y con tanta sabiduría, pero que además me permitiera entrar en su vida y abriera su corazón para mí y también para mi familia?
Puedo decir que he sido bendecida por esa convivencia que tuve con ella, y a través de esos años. Toda la sabiduría de sus palabras, sonrisas y detalles, me los llevo con un gran legado de ella.
Dios me permita vivir muchos años, para poder compartir ese sentimiento y ese legado a
la mayor cantidad de personas posibles, para demostrar que la generosidad y amabilidad son posibles en un ser humano, y ese ser humano era mi querida Vivian, que no sólo la llevo en mi corazón sino que quiero que por medio de mis palabras más gente pueda conocer que es literalmente “un ángel” con esa nobleza y amabilidad.
Realmente existió. Y yo tuve la oportunidad y bendición de estar con ella.
Jackie; su “esposito querido”, como ella lo llamaba con gran cariño, siento que forma parte de esa bendición. En el trato que también tuve de él pude ver esos mismos detalles de amabilidad y generosidad.
El amor entre ellos, producto de tanta humanidad, amabilidad, y las vivencias que compartieron, sólo podía crecer e irradiar como un gran sol, de cariño.
Sé que la vamos a extrañar todos quienes tratamos con ella, sobre todo el Sr Jackie, pues no está más su esposa; su pareja de vida. Yo he perdido a mi querida Vivian a mi “maestra de vida”.
Pero los recuerdos y enseñanzas que nos dejó deben ayudar a más personas para que con su ejemplo podamos hacer un mundo mejor, que brille con la luz y generosidad que ella nos supo dejar en cada momento, y que podamos contagiar parte de ese legado.
Sé con un poquito que podamos ser como ella, podremos ser mejores personas. Lo creo sin lugar a dudas.
Querida Vivian, donde quiera que estés, sabes de mi cariño, amor, y admiración. Has de saber lo mucho, mucho que voy a extrañar físicamente que ya no platiquemos, pero tu recuerdo y palabras de vida, me las llevo en el corazón para compartir como tú me has enseñado.
Si en la vida me preguntan cuando yo me vaya de aquí, a quién quisiera encontrar allá, sería a mi padre y a Vivían.
Te quiero y te extrañaré querida Vivian!
Mine