Un Elogio para una amiga.

Toda una Dama, toda una señora. Eso define este capítulo en la historia. En las edades venideras se recordará tu legado. La senda que tu generosidad, amor e interés por los demás  sembró, vivirá en los ecos de libertad que en el horizonte ya se escuchan.

Sí, creo que este capítulo de la historia merece una mención honorífica, sí, creo que merece la pena detenernos unos instantes y mirar tu legado, tu obra y tus logros.

Creo que un adiós no hace justicia para ese gran corazón que nos deja, que parte, hacia nuevos horizontes. Hacia nuevos atardeceres, nuevas sonrisas, nuevas miradas. Puede ser que un hasta pronto, nos vemos, haría más justicia.

Amiga mía, siempre estás ahí ayudando, velando por los tuyos, bueno, ese legado vive y vivirá. Muchos de nosotros estamos aquí eternamente agradecidos por todo lo que haces. Es cierto que esa mirada esa sonrisa y ese toque de calor ya no estará pero uno nuevo vendrá, y nos volveremos a ver en esta edad o en la siguiente y nos reiremos y volveremos a cantar juntos. Recordaremos las historias en el umbral de la eternidad pero bajo otra mirada, otro horizonte y otro estandarte.

Con estos ojos no nos veremos más pero otras miradas vendrán, otras sonrisas. Tú sabes que senda seguir, y nadie mas puede decirte. Y yo contaré los atardeceres en que nuestras sendas vuelvan a cruzarse, mientras tanto aquí permanecemos. Queda tranquila amiga que yo y muchos otros estamos bien gracias a ti.

Mira todos los que te decimos hasta pronto; esa si que es una gran riqueza.

¡Hasta pronto!

Juan Carlos Brizuela